SAGRADO
No quise exorcizar mi tristeza
ni quedar a merced
de las incansables olas de desprecio.
Atisbé un lucero
y me dormí tranquila
sobre los luminosos días estivales
rodeada de un jardín
que arropaba un instante sin tiempo.
Ese estanque
escenario para espíritus libres
en los espejos de la zona de lágrimas
retenía un lamento .
Pues…¡tapé los espejos!
Otras voces …otros ámbitos
otras huellas de historia
hirieron resonancias
en mi plaza de infancia .
Allí encontré el emblema…
adquirí la pintura agridulce
en el amparo de una cuesta rocosa,
una fortaleza natural
donde ya no regalo
fronteras de encaje multicolor.
Sólo dejo que me hablen los gestos.
SUSANA RODRIGUES TUEGOLS
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