MI
NIÑA Y LA MARIPOSA
En el albor de mi sueño
una mariposa blanca
se teñía de venturas
en las manitas níveas
de mi nieta santa
tomando colores…varios
en la escala del naranja.
Agudiza su destreza
y la sigue por la casa
hasta se posa en su
dedo
y le acaricia la cara.
Ella la corre resuelta
y la alcanza en una planta
verde como la esperanza.
Abriendo sus ojos negros
la retiene en la mirada
esboza sonrisas
tenues
de gozo, pasión y calma.
La mariposa de seda
pliega sus alas doradas
y hasta parece decir
con estelas de bonanza
a mi niña, entre sus risas,
que escuche el fragor del alba.
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SUSANA RODRIGUES
TUEGOLS